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Autor Tema:  Movimiento Perpetuo  (Leído 3123 veces)

RadicalEd

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Movimiento Perpetuo
« en: Martes 5 de Abril de 2005, 16:25 »
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Información extraida de ciencia
Triste historia del movimiento perpetuo

Lo más increíble de la historia del móvil perpetuo es, precisamente, que tenga historia. Porque de lo que no cabe ningún tipo de duda es de que ni existe, ni existirá. Ya son más de 9 siglos los que dan testimonio de miles de intentos, y de sus correspondientes fracasos. La segunda cosa que sorprende es que esta historia no se haya terminado de una vez, y para siempre. Todavía hoy te encuentras con quien dice que conoce a alguien que tiene un móvil perpetuo funcionando en el salón de su casa. Aunque por supuesto, cuando llega la hora de las demostraciones y las cosas claras, todo son problemas para hacer una comprobación rigurosa. La existencia del movimiento perpetuo implicaría la obtención de una energía limpia e ilimitada. Esto revolucionaría de tal manera nuestro mundo, que podríamos considerar como un salvador a aquel que invente semejante artefacto.
No se sabe con exactitud quién fue el primer ingeniero casero que compuso en su cabeza un aparato que, según se esperaba, nunca dejaría de moverse. El primer boceto en papel que conservamos de un móvil perpetuo lo diseñó sobre el año 1150 un indio llamado Bhaskara. Se trataba de un sistema de tubos con líquidos

que a pesar de ser el primero, superaba en ingenio a la mayoría de los móviles perpetuos que posteriormente se diseñarían en la Europa de la baja edad media y el renacimiento. Más tarde el arquitecto D’Honnecourt propuso la típica rueda que siempre tenía más pesas a un lado que a otro, y que por tanto, nunca pararía de girar. Este es el típico sistema que a muchos se les ocurre como posible. Tras el diseño de D’Honnecourt, la rueda con pesas se fue perfeccionando hasta niveles excelentes

pero nunca funcionó. Leonardo da Vinci cuenta con un boceto de móvil perpetuo entre sus dibujos. Se trata de un sencillo sistema de tornillos de agua y es tal su genialidad, que si se diseñara de la mejor manera posible, estaría al borde de ser un móvil perpetuo. Afortunadamente dedicó la mayor parte de su tiempo a cosas mucho más productivas. Más tarde vinieron los móviles perpetuos magnéticos y los hidráulicos. Era difícil resistir la tentación de pensar que la fuerza de un imán puede mover una rueda de imanes sin parar. Los móviles perpetuos hidráulicos, por su parte, pretendían aprovechar el efecto sifón de tubos comunicantes. Todos, absolutamente todos ellos fueron un fracaso.
Pero la mezcla de buenas intenciones y sueños de grandeza han llegado a confundir a muchísima gente. Un ejemplo que es digno de película de humor es el de Orfireus, que llegó a seducir a buena parte de la nobleza europea, e incluso al mismísimo zar de Rusia con una “máquina maravillosa”

y un “secreto inconfesable”. Consiguió mantener su engaño durante varios años gracias a que guardaba su máquina en un cuarto sellado en un castillo, y los que entraban solo podían echar un vistazo desde la puerta, y de esa forma ver que siempre se movía. La realidad era que había una falsa pared y detrás estaban los sirvientes empujando una rueda. Al final se descubrió el pastel por que su sirvienta se fue de la lengua. Esta historia, aunque aquí esta resumida, no tiene desperdicio cuando se lee en detalle. Otro famoso farsante fue Kili con sus motores americanos de finales del siglo XIX, que por supuesto tuvo un final semejante.
Ya en el siglo XX, los móviles perpetuos se fueron haciendo mucho mas complejos y difíciles de discutir. Las leyes que pretendían violar son mucho mas complicadas de explicar, y aprovechando esa confusión no han perdido fuerza. Todavía hoy se registran decenas de patentes de móviles perpetuos en todo el mundo. Aunque por supuesto, ninguna sirva para nada. Y parece que la historia continuará. No deja de sorprender que esto no sea sólo cosa de gente sin estudios, sino también de gente muy preparada y con amplios conocimientos en ciencias físicas. La Academia de las Ciencias de París decidió rechazar todos los móviles perpetuos en 1775. ¿Cuánto habrá que esperar para que una decisión tan buena eche raíces en nuestra cultura general?
El pasado son solo recuerdos, el futuro son solo sueños